Σάββατο 29 Νοεμβρίου 2008

De mis preocupaciones.

Odio cómo se estancan.
Así, sin ganas de saber nada nuevo. Creyendo que toda la sabiduría mundial se concentra en las cuotas de la tarjeta Falabella. Asqueándose cuando tienen la posibilidad de aprender un poco más de algo nuevo.
Odio, a veces, a esta juventud pusilánime que no se interesa por nada que no sea inmediato. Que se niega a iluminar un poco su pasado y sacar de él enseñanzas que sólo nos puede dar la experiencia histórica.
Odio la repulsión que sienten por los libros, la tendencia irracional a evitar el estudio, el desprecio que demuestran por quienes decidieron seguir su vocación humanista. Porque en su mundo lo que no tiene la potencialidad de llenar una cuenta bancaria, simplemente es una pérdida de tiempo, ignorando que la riqueza no lleva en la billetera, sino en la cabeza.

Me desespera y me desesperanza.

4 σχόλια:

young_supersonic είπε...

SALGO A LA CALLE Y VEO ESA MISMA POBREZA MENTAL QUE SEÑALAS EN TODOS ESTOS JÓVENES REPETIDOS EN SERIE EN GUSTOS Y FORMAS DE LLEVAR LA VIDA.

PERO CREO QUE EN PARTE LA CULPA ES DE LOS CANSADOS PAPÁS DE ESA MISMAS DEUDAS Y CRÉDITOS. Y ASÍ, NI GANAS DE INCENTIVAR EN SU DESCENDENCIA EL GUSTO POR LA AUTENTIDICIDAD, LA CURIOSIDAD Y EL QUERER SABER SIEMPRE.

SALUDOS CLARA. UN PLACER SIEMPRE ENCONTRAR UN COMENTARIO DE TU PARTE EN MIS ESCRITOS.

Unknown είπε...

sí es verdad, aunque no deberias generalizar tanto, creo que todas las noches alguien mira tras su ventana y piensa lo mismo y lo lindo es que sí hay gente joven que hace cosas hermosas sólo que no se les da importancia, porque el mundo de los grandes y de la juventud superflua y el sistema, no busca eso, no busca muchas cabezas, pensantes.
Sólo hay que miriar la educación tan convencional que se imparte que encasilla mentes y no las vuelve críticas, es cosa también de salir fuera de la ventana y empezar a hacer cosas nuevas y también confiar en la gente.

Unknown είπε...

no sé que onda, pero soy rita del consciente, es que estaba conectada al mail de un ramo.

Tito Manfred είπε...

Experimentar el mundo con todas sus mezquindades, olvidos, traiciones, miserias, desapegos, abandonos, desilusiones, mentiras, egoísmos, autosalvatajes, es algo indeseable. Claro, esta tristísima y fea realidad me sirve para escribir tristezas y fealdades que de tan tristes y feas, se tornan en hermosas, pero de qué sirve la poesía sino para precipitarse hacia un abismo tan luminoso que sólo engendra oscuridad. Y hablo de poesía porque considero que es la única fuente de revelación y conocimiento esencial.
Por todo lo anterior, y si bien confieso sentir repugnancia por esta juventud banalizada, una parte de mí admira esa maravillosa capacidad de evasión y vaciamiento. Alienado y vacío, el mundo duele menos. He intentado ser así un par de veces, pero he fracasado rotundamente. Tampoco me ha resultado mucho eso del alcohol y las drogas. Tengo la poesía, ese cáncer, enquistada en los huesos y me está carcomiendo de a poco, de a mucho. Maldito el minuto en que decidí consagrar mi vida a la escritura, maldito el minuto en que comencé a describir el mundo a partir de mi reflejo en un charco de orina. Dichosos los necios con tarjetita Falabella y preocupaciones tecnológicas.

Adiós,
Tito.

P.D.: Sorry por lo latero, Clara, pero necesitaba vaciarme un poquito. A veces se siente lindo escribir y hacer como si alguien estuviera leyéndote al otro lado.